Por más que lo intente, no es probable que encuentre a una sola persona a la que la mudanza le parezca un momento entretenido, fácil y emocionante. Claro, puede ser emocionante mudarse a un nuevo sitio y cambiar su ambiente. Mudarse (y el proceso que conduce a él) es claramente menos ameno.
Para los niños, es aún más desafiante. Así sean niños pequeños que vinculan gran parte de su identidad a su hogar o adolescentes que ya pasan por suficientes cambios personales/biológicos, todo el proceso puede resultar abrumador y estresante.
Prepararse para una mudanza Haga clic para obtener información es un momento genial y vital para conectarse con su hijo y validar sus sentimientos. Tómese el tiempo para escucharlos y hablar sobre el proceso con ellos. Acá existen algunos consejos geniales para asistirlo a hacer que la mudanza sea más fácil para sus hijos:
Ser empático
Tomarse el tiempo para poder ver las cosas desde la perspectiva de sus hijos será de mucha ayuda. Comprender que pueden estar confundidos o miedosos cuando se trata de alejarse de todo cuanto conocen te ayudará a ser más empático. Estos sentimientos son aún más fuertes para los pequeños más pequeños o para aquellos que no se han mudado antes. Su comprensión del mundo se ha construido dentro de su hogar, y dejarlo todo atrás es un gran problema.
Los pequeños con frecuencia pueden sentirse impotentes cuando se genera un enorme cambio sobre el que no tienen influencia ni control. Cuanto más pueda tener eso en psique, más simple va a ser para todos y cada uno de los involucrados.
Habla con ellos
¿Desea facilitar la mudanza de sus hijos? Aquí existen algunos consejos.
Una vez que se haya conectado con su empatía, es hora de conectarse con sus hijos. No es preciso que comparta todos y cada uno de los detalles de la mudanza, en especial si sus hijos son pequeños. No obstante, debe asegurarse de asistirlos a entender lo que viene. Considere cubrir estos puntos en su conversación:
Mudarse a un nuevo hogar no significa dejar todo atrás. Tu familia, tus rutinas y sus cosas se vienen con ellos.
Considere contar una historia para ayudarlos a conectarse con la idea y el proceso.
Conócelos a la altura de los ojos. Ya sea que se reúna con ellos sentándose en el suelo o acercando una silla a su lado, reunirse en un sitio afín se siente más seguro y más identificable.
Esté presente cuando hable con sus hijos. Preste atención a sus respuestas no verbales, como el lenguaje anatómico.
Hable despacio y con claridad, y deje que respondan.
Halle algunos lugares donde pueda dejar que su hijo tome decisiones por sí mismo. ¿Desean escoger su ropa o llevar algo singular en el auto? Déjalos decidir a fin de que se sientan involucrados.
Recuerde iniciar las conversaciones cuanto antes. Guardarlo para el último minuto va a hacer que sus hijos se sientan aún menos conectados con el proceso.
Generar familiaridad y entusiasmo
¿Desea facilitar la mudanza de sus hijos? Acá hay algunos consejos.
¿Se está mudando localmente? Si es así, le recomendamos que familiarice a sus hijos con su nuevo vecindario. Llévelos a visitar, explore nuevos parques, muéstreles su nueva escuela y visite un café local. Cuanto más pueda hacer para ayudarlos a entender su nuevo ambiente ya antes de llegar allá, mejor.
Ya sea que se mude cerca o a gran distancia, aún puede generar entusiasmo por la reubicación. Explore, ya sea en persona o online, cosas nuevas que le agradaría visitar una vez que llegue. Hagan una lista y cuenten historias juntos sobre de qué forma sería vivir en su nuevo lugar.
Siga con su rutina
Los pequeños prosperan en las rutinas. Prepararse para una mudanza puede mudar su horario, pero trate de aferrarse a la rutina de sus hijos para ayudarlos a permanecer en tierra. Las rutinas a la hora de acostarse, las siestas, las citas para jugar y las comidas son pilares en los días de sus hijos.
Empiece por sostenerlos ya antes del día de la mudanza y manténgalos así una vez que llegue a su nuevo sitio. El ambiente puede haber cambiado, mas se familiarizarán al saber qué aguardar del flujo de su día.
Se paciente
Lamento decirlo: tener una gran charla no será suficiente. No importa qué tan comprometido esté con todo lo precedente, siempre y en todo momento habrá instantes que se sientan más rockeros que otros. Eso va tanto para ti para tus hijos.
Recuerda proseguir con la empatía y ser paciente en el camino. Escoge tus batallas y recuerda, no puedes obligarlos a que se sientan cómodos. Si se siente apabullado o le falta paciencia, no tenga miedo de pedir apoyo a amigos o familiares. Trate de tomarse un tiempo para edificar recuerdos juntos en su hogar actual. Eso va a ayudar a aliviar sus nervios y los de su hijo.
Implicar a los niños
¿Desea facilitar la mudanza de sus hijos? Acá hay algunos consejos.
Ayude a sus hijos a sentirse más relajados involucrándolos. Claro, seguramente podría empacar mucho más rápido si lo hiciese mismo, y debería, para la mayoría de la casa. Tratándose de sus cosas, haz que se involucren.
Deje que sus hijos decidan qué cosas donar a otros niños antes de mudarse. Haga que empacar sea un proyecto que hagan juntos y sea estratégico sobre cómo empacar. No empaque sus cosas favoritas con semanas de anticipación. Quiere que se sientan como en casa el mayor tiempo posible.